domingo, 17 de mayo de 2009

Tu Llamada







Una nube densa y suave,


me elevó por encima de mi propio ser.


Tomé tu cuello,


mil veces lo besé.


Frente a nuestros cuerpos idos,


la tarde cantó y la noche danzó,


ellos perdidos en la dimensión


que ofrecen el amor, el licor y el placer,


sólo entendían de besos,


de compañía,


de nuestra razón de ser.


La felicidad nos movía,


nos unió una y otra vez.


Nadando entre olas blancas


sumergidos en nuestro mar azul,


nos amamos con palabras,


con caricias y con complicidad,


nos amamos con miradas


con oportunidades de un quizá...


con la libertad de "un quiero ser"


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