domingo, 14 de junio de 2009

No seas Cobarde




¡Está bien sentir miedo!

cómo no sentirlo si es un estadio del ser.

¡Está bien querer ser libre!

cómo no si la libertad da felicidad,

y para ser felices hemos nacido.

Por qué te aterras,
por qué te alejas de tí mismo.

Pareces un niño asustado,

que corre, que huye,

pero que siente miedo de perderse
y vuelve a su habitación.

Te depositas con cuidado en el suelo para no lastimarte

arrastrando tu espalda y tus glúteos redondos sobre la pared.

Lloras y te escondes detrás de tus manos.

Adoptas una posición fetal

y crees que eres invisible a los demás,

y por la rendijas que dejan tus dedos miras el mundo y te vuelves a aterrar.

Sientes que hay un monstruo en tu habitación

y gimes casi en silencio

para que no te oiga ese gigante gelatinoso

de aspecto horrible y temerario.

Te levantas cuando no oyes nada,

te limpias las lágrimas,

te incorporas a tí

y sales de tu habitación;

te ríes con el mundo

pretendiendo olvidar lo sucedido.

No hablas de ello para que nadie te juzgue

o para que el monstruo no te oiga

si es invisible y te sigue a todas partes.

Sientes que es así.

Sabes que te sigue, que no te deja...

Y Sabes por qué...

porque el monstruo eres tú...

Te temes

Te odias

Te amas
y odias amar un monstruo

que crees que sólo tú amarías.

Te escondes en tu habitación

para estar a solas contigo y recriminarte

¡No Huyas! ¡no seas cobarde!

¡Está bien sentir miedo!

pero miedo de mostrarte,

y al miedo hay que enfrentarlo,

no se es valiente por no temer,

sino por no actúar.

Nunca te carcomas por miedo de lo que eres,

tú eres,

y a tí no tiene por qué importarte.

¡No finjas más!

¡no seas cobarde!

Tú eres,

no tengas miedo de amarte,

Que yo te conozco

y te amo,

como monstruo,

no como cobarde.

1 comentario: